Turistas con antojo de hielo dejan basura en la Antártida
28/11/2007 - 12:56:00
Autor: Orlando Barone
Los pasajeros que fueron evacuados del “Explorer” en los hielos antárticos ya estarán en sus casas; lejos y ajenos al desastre ecológico que causó su arriesgado capricho turístico. Fueron socorridos con eficacia pero dejaron el tendal de muerte para la fauna. Nadie va a comparar un pingüino o una foca con un turista. Aunque turistas hay muchos.
Pero ahora nos queda a todos el costo ambiental: el derrame de petróleo, el precio que paga la naturaleza.
No sé si en el billete del pasaje naviero, unos doce mil dólares, se incluye algún seguro para indemnizar al planeta. Cuánto cuesta que cien turistas, ahítos de metrópolis, quieran ir en barco al confín de la Tierra.
Todo cuesta más que lo que se piensa. Si por cada cosa se tuviera que pagar el precio entero, el planeta sufriría menos. Porque los antojos exóticos costarían un ojo de la cara. Pero hay ofertas de mercado.
Demasiadas. Por eso el capitán del barco confesó que no tenía experiencia.
Estaba probando a ver cómo era eso de andar entre témpanos.
Para el costo de inversión, un marino de alta escuela sale más caro que un inexperto. Pero sabría diferenciar un iceberg de una ballena.
Ahora por esos cien turistas embelezados con el fin del mundo, y por una empresa que no quiso perderse ese negocio, se empetrolarán miles de peces y de pájaros. Una mancha negra de cuarenta kilómetros cuadrados es la consecuencia no querida ni expresada en el marketing. Qué le hace una mancha más al océano. El dinero del barco perdido ya lo reembolsará alguna aseguradora. Los náufragos ya secos conseguirán hacerse famosos con un libro o contando sus cuitas en alguna película “titaniquera”.
Pero el medio ambiente se joderá como siempre.
Acaban de anunciar que dentro de diez años, si se sigue horadando el ecosistema, el aire y el agua emponzoñados asfixiarán la vida de la Tierra.
Lo del Explorer es una manchita de tinta en la inmensidad de las aguas.
Pero a los próximos turistas con antojo de hielo, que los lleven a ver una fábrica de helados o que vean por “tevé” la pista de Tinelli.
http://www.continental.com.ar/noticias/512822.asp