¿Existen el voto inteligente y el voto ignorante?
30/10/2007 - 12:38:00
Autor: Orlando Barone
¿Existen el voto inteligente y el voto ignorante? ¿ El voto urbano es más civilizado que el otro? ¿En una gran ciudad se nutre mejor la inteligencia que en un pueblito o que en el monte? ¿El bienestar económico hace más lúcido al votante que la miseria? ¿Es de mejor calidad democrática el voto caro que el voto barato? El Premio Nobel Watson diría que sí. Y además diría que el voto de aquel que tiene una biblioteca en un ambiente climatizado y Feng Shui en la casa- aunque nunca un libro le haya mejorado ninguna neurona- es más racional que el de aquel que en la pared llena de moscas tiene colgada una camiseta de fútbol, la página de un diario viejo con la imagen de aquel gol de Maradona, y una lámina de Wanda Nara agachada y boca abajo. Si el voto jerárquico fuera establecido más democráticamente que ahora: ¿desde qué umbral se consideraría a una persona inteligente y debajo de qué zócalo se la consideraría no inteligente? Pongamos que el padrón electoral podría dividirse- ya no en mujeres y hombres, ellas por un lado, ellos por otro ( que creo es una división discriminatoria y que no sé por qué se sigue permitiendo)- sino en un padrón de coeficiente intelectual de primera clase y un padrón de segunda. Los votos del padrón de primera clase valdrían el doble. Pero si aún disminuidos por la cláusula, los declarados ignorantes y brutos produjeran más votos que los presuntamente inteligentes, entonces se les reduciría todavía más el valor del voto para evitar que ganen.El asunto es que su voto carezca de importancia. Para alguna gente, sobre todo caucásica o bronceada, y sobre todo convencida de su coeficiente- aunque sus vidas y sus carreras sean un fracaso- eso evitaría que los no inteligentes elijan. Porque siempre eligen como el traste.Pongamos que para determinar con algún orden categorías, se incluiría en el voto inteligente al de aquella persona que completó el secundario y con un ingreso de contribuyente alto. Y si se autoconfiesa ética mejor: aunque a escondidas esa gente haga más porquerías que un obispo castrense. La ética pregonada es un placebo que simula curar el pecado, la estética del hipócrita. Y no es privativa de ninguna geografía. Ni de conventillo ni de country. Siguiendo este democrático razonamiento, un cartonero, un cosechador golondrina, una empleada doméstica, un ama de casa sin ningún estudio, un pocero de cloacas, un lustrabotas etc. nunca podrían darse el gusto de elegir precisamente a aquellos candidatos que a su intuición o criterio son los que podrían ayudarlos a dejar de seguir siendo ignorados. No. Porque solo los del voto inteligente determinarían qué gobierno es el apropiado. El voto inteligente no es clientelístico. No se deja comprar por un empleíto o por un colchón de telgopor o un pack de lácteos. Cuesta más caro. Unicamente se guía por beneficios accionarios, financieros y corporativos. O de consumo ABC1 top muy republicano. ¡Qué gran país sería la Argentina con el voto inteligente! Lástima que tenemos tantos no inteligentes que ganan elecciones.
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