En la Argentina avanzan las mujeres pero sin congelar a los hombres
09/11/2007 - 13:00:00
Autor: Orlando Barone
http://www.continental.com.ar/noticias/504502.asp
El sexo nos separa y nos une; nos identifica y nos discrimina, por
suerte. El ser biológico nos sigue diferenciando y eso es apasionante.
Mujer y hombre. Como decir humano y humano. El alma es común a todos. La reproducción es compartida. También las pasiones y las utopías.
Un Foro de expertos internacionales acaba de determinar que Argentina está en el puesto 33 de entre 128 países clasificados según la brecha de igualdad y desigualdad del género. Ascender ocho puestos es un avance que legitima, aunque muchas desigualdades subsisten. No daré detalles porque sobran situaciones de desigualdad en salarios, donde el de la mujer es inferior al de un hombre en igual labor pero más torpe. Pero que la Argentina supere en igualdad de género a Suiza, Francia, Brasil e Italia, es un aliento. Y no es sólo la presidenta un indicio de ese ascenso. Aunque es simbólicamente lo más relevante. También están las dos candidatas que compitieron: Elisa Carrió y Vilma Ripoll. Una mujer es la gobernadora de Tierra del Fuego. Y está el caso de Nilda Garré.
Hace unos años hubiera sido inimaginable que una ministra de defensa condujera -sin que se discuta su autoridad- un plantel de generales y coroneles con bigotes. Y es además una mujer Norma Huidobro la nueva ganadora del Premio Clarín de Novela.
¿Cómo ubicar en esta carrera ascendente a Celina Rucci y Paula Robles, las bailarinas que ocuparon el podio de Bailando por un sueño?
Las tapas de las revistas que inundan los quioscos abundan en mujeres.
Es cierto que más notables por su belleza que por su contenido; y más admiradas por el esplendor de sus glúteos que de sus neuronas. Pero los atributos del género son múltiples. Sería igual de desacertado conceder sólo valor al cerebro, como atribuirle exclusividad a los encantos sexuales. Todavía en la Argentina este último ingrediente tiene mucha importancia. A diferencia de otras sociedades consideradas más avanzadas en desarrollo humano -las escandinavas y sajonas por ejemplo- la sociedad argentina sigue rindiendo culto a la atracción física. Hay una mutua mirada mujer-hombre que se resiste a ser congelada por la igualdad de género, por la asexualidad laboral, por el papel profesional o laboral estrictamente. Y creo, que este ascenso en el informe de la brecha global del género, es un mérito de los dos sexos. Como lo sigue siendo que la mujer y el hombre argentinos, más allá de la competencia por la igualdad en el mercado, sigan sosteniendo la desigualdad de sus mutuos atractivos.
Que la mirada intencionada, que el ratoneo y la intención permanezcan latentes y no acaben congeladas por la sujeción al protocolo y al deber ser.
Somos iguales, pero no tan iguales.
Trabajemos juntos como hermanos, pero no seamos hermanos en la cama.