Jubilado no es una palabra pobre
27/11/2007 - 12:23:00
Autor: Orlando Barone
Los jubilados ya tienen quien los reivindique: la Corte Suprema de Justicia. Esta Corte, no aquéllas. La Corte consagrada con los nuevos tiempos. Y que no hace lo que quiere un Gobierno sino lo que deciden las Leyes.
Los jubilados, que en las últimas décadas fueron la Cenicienta, o los “desinvitados” de las sucesivas fiestas, vuelven a adquirir lentamente su identidad de personas. Y a desprenderse de aquella categoría de sobrante social que se les impuso económica y socialmente.
La determinación de la Corte de reparar el saqueo a que se los sometió en los noventa y otorgarles otra vez la movilidad salarial casi a la par del ingreso que obtendrían en la misma actividad en la cual se jubilaron, los reubica otra vez en el plano del protagonismo. Los rescata de la exclusión agraviante que los ignoraba.
La palabra “jubilados”, que viene de júbilo, de jubileo- y que fue originalmente considerada como una fiesta de la vida madura- fue reducida al significado de pobreza y tristeza.
Para la ortodoxia del ajuste fue solo sinónimo de improductivo. También la sigla PAMI pasó a usarse como chiste y a definir lo viejo y lo obsoleto sin medir el agravio.
A la calificación de “jubilado” se la empezó a asociar desaprensivamente con una carga incómoda y forzosa con la que tendrían que lidiar los más jóvenes sin calcular que ellos también irían a ser alguna vez jubilados. Hubo una aquiescencia y un consentimiento social para permitir ese desprecio. Porque es también desprecio que a un jubilado, porque al Estado no se le canta pagarle lo que se ganó en la vida, lo tenga que mantener un hijo, un pariente o una dádiva.
Ahora se reabre la posibilidad de arreglar el desarreglo. Por ahora no sería una respuesta inmediata y colectiva pero igual conlleva esa idea.
En julio de 2003 la jubilación mínima era de 220 pesos. Da vergüenza.
Hoy, con paulatinos aumentos el cobro mínimo ha crecido hasta 600 pesos. Un poco menos de vergüenza. La Corte corre al Gobierno no por derecha sino por izquierda. El Gobierno debería celebrar que se lo obligue a considerar el beneficio a los jubilados. No basta lo que hasta ahora se hizo: hace falta completar el todo. Y es el todo social el que va a tener que pagarlo porque es lo justo. La sociedad es la que le debe a los jubilados, no los jubilados.
Jubilado no debería ser más una palabra pobre. Sino una palabra que remite al trabajo. Al trabajo ya largamente hecho. Hay que volver a incluirla en el diccionario argentino. Incluirla sin lástima.
Con respeto.
http://www.continental.com.ar/noticias/512271.asp